La segunda mitad del siglo XIX será definitiva para consolidar la formación de la copla carnavalesca de la mano de grupos corales, tales como comparsas, capillas corales y estudiantinas; con actividad artística continuada a lo largo del año con mo
Las celebraciones carnavalescas en la Málaga del siglo XVIII y primera mitad del XIX, estuvieron condicionadas por la espontaneidad popular de las clases obreras, y con el alza de la burguesía local, el desarrollo de unas formas acordes a su estatus social.
Desde principios del siglo XVI, el Cabildo catedralicio malagueño autorizaba, el día de San Nicolás y el día de los Santos Inocentes, la representación de esta parodia por la que un niño del coro, revestido con los atuendos de obispo, asumía la autoridad eclesiástica por una jornada.
Reinventar Málaga como objetivo, es una de las funciones de la copla carnavalesca actual. Probablemente siempre lo fue.
La evolución constante del carnaval cantado se hace efectiva cada mes de febrero, y especialmente, es en el popurrí donde se verifican los mayores cambios.
Escuchar la voz del pueblo es, como escribiera Miguel Hernández, "hablar del día, de la emoción del día"; y tal vez por esta razón, saber leer entrelíneas las opiniones (y emociones) permite hallar claves que descifran el momento presente y ayudan a comprender mejor lo que nos sucede.
La asociación (Sociedad del Carnaval) instaurada por José Carlos Bruna (vice-cónsul de Italia) tiene como uno de sus primeros frutos la organización de la fiesta en 1887, proyectando un conjunto de aspiraciones ciudadanas recogidas en su folleto
Las vicisitudes internas a las que la organización debía hacer frente para lograr mayores apoyos institucionales y una repercusión en los medios útil para dar a conocer la fiesta a la ciudadanía, no parecían afectar a la renovación que protagonizaban autores, modistas, grupos de desfile, concurso de dioses, y, ambiente callejero.
Las primeras coplas con un tono carnavalesco surgidas hacia 1863 y en los años siguiente, resultan el comienzo de un fenómeno que seguirá evolucionando y perfeccionando sus formas, y que tendrá en el amplio contexto de libertad de la I República Española (1873), en el espíritu de consenso de la Restauración, y en la Constitución de 1876, como grandes catalizadores y propulsores.
Si bien las celebraciones carnavalescas evolucionaban en el contexto de esta primera década tras la recuperación en 1979: los grupos y sus coplas, los dioses, las repercusión callejera y en los medios de comunicación, mayor número de empresas cola
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