Mi parienta que ya está harta y está que salta con tanto fútbol...

Francisco Gómez Alarcón es el socio 506 del Málaga y desde hace unos días lleva la Champions grabada en su piel Hace unos años fue el escudo el club en la pierna derecha, y ahora, los partidos de Champions fuera de casa a los que ha ido esta temporada junto a parte de su familia y, como colofón, una vista aérea de La Rosaleda con el logo de la Champions en el círculo central «Esto lo he hecho para que no se me olvide en la vida.

Paco, mirando el metro juraría: le quedan unos años todavía...

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha confiado en que a lo largo de este mes de septiembre pueda mantener una reunión, "o conversación", con la Junta de Andalucía, en la que esté presente su futura presidenta, Susana Díaz, para tratar los temas pendientes del metro e "ir concretando la salida al interrogante que existe". No obstante, ha dejado claro que "nosotros tenemos claro cuál es".

Te busco siempre, porque eres tú Málaga mía esa mujer mi vida y muerte.

Cuando el viajero está llegando a Málaga, ya sea desde las tierras del norte o a través del mar, por el sur, se encuentra con verdes y desorientantes campiñas y escarpadas montañas. Asombra el paisaje, pues algunas veces hasta recuerda el de algunos lugares del norte de la península. Suelen subir nuestros visitantes al monte de Gibralfaro, un singular promontorio que deja toda Málaga a nuestros pies.

Así es como nació el Lengua y mi historia comenzó...

Curioso personaje que se paseaba por las calles de Málaga, aunque sobre todo te lo podías encontrar por calle Larios; sobre él se han escrito muchas leyendas, más o menos creíbles, sobre su pasado aristocrático; cuentan que vestía con su traje de color blanco impoluto, con porte y elegancia de marqués. Tras el fallecimiento de su madre su abandono fue total, descuidando su higiene y su aspecto físico; era tal el estado de dejadez que se oía decir cuando aparecía por la calle: Por ahí viene el Lengua.

Dicen que el pueblo que olvida su historia...

Al cabo de tantos años he llegado a la conclusión de que para conocer a un autor hay que escuchar sus coplas y observar cómo se entrega durante los meses de ensayo, según va revelando sus pensamientos convertidos en denuncias o alegrías cantadas. Durante años he sido un asiduo de los ensayos con el afán de descubrir ese lenguaje propio con el que cada autor suele articular y revestir cada elemento del grupo: tema, disfraz, coplas... Soy comparsista, mi código es el cantar. Y mis coplillas valen, lo que me quieras dar.

La voz de mi pueblo..., siempre que llegue febrero.

La copla carnavalesca es un fenómeno cultural y social, ya que en este medio de expresión confluyen quienes escriben la letra y la partitura, los intérpretes, los escuchantes (con capacidad de participar, recrear, y a su vez: opinar), y quienes son objeto de las coplas: los protagonistas de un suceso o noticia, el tono empleado para contarla, el ámbito en el que se desarrolla, etcétera. Y es precisamente por ser un fenómeno cultural y social por el que tiene su historia.

Buscando la luz perfecta, y una esquina bonita, he llegado a tu puerta, Málaga vida mía… A ti que no te cuesta sonreír. (Templo de las coplas. Gran Final)

Por motivos profesionales únicamente he podido seguir el concurso de agrupaciones por medio de la televisión-internet (101TV, María Antonia Delgado & Cía), con una mirada a las crónicas de Juan Soto en SUR.es, y a todo cuanto ha escrito Jesús Gutiérrez en esta página...; con lo que mi visión del conjunto de coplas es limitado y apenas se reduce a breves atenciones y escuchas. Es por ello que llegar al teatro Cervantes es, este año, una forma de recuperar un espacio que, como a la mayoría de los carnavaleros, forma parte de nosotros y de una buena parte de nuestras vidas.

Como tú: un simple número, una cara cualquiera, otro currículum sobre una mesa, queriendo gritar... (Templo de las coplas. III Semifinal)

El coro: la presencia de esta modalidad en el concurso de Málaga es paralela a la de su evolución desde 1980, un período en el que se han alternado etapas de brillantez y reconocimiento social y en los medios de comunicación, etcétera; con otras de languidez y pobreza de medios, en las que difícilmente otros colectivos ciudadanos podían ver en la fiesta cantada una oportunidad de expresión cultural (recordemos la explosión de coros rocieros en la ciudad en el mayor auge de la feria agosto en la década de los noventa).

Paco, mirando el metro juraría, que le quedan unos años todavía... (Templo de las coplas, I Semifinal)

El humor. Nuestro carnaval cantado se articula sobre distintos ejes, y entre ellos de forma muy destacada, el mensaje y la música como vía para lograr el objetivo de la risa y, a menudo, también el de la reflexión; ya que el humor carnavalesco, por su carácter de expresión enmarcada en un tiempo y una época, nos permite saber de nosotros mismos, preguntarnos qué clase de humor hacemos, cómo es, a quién va dirigido, qué está revelando y porqué.